Ramón Gómez de la Serna y el periódico MARTÍN FIERRO (1924-1927). Algunos apuntes

Nicolás Gropp,  ngropp@adinet.com.uy

Montevideo

La relación de Ramón Gómez de la Serna con Martín Fierro (2ª época), según puede seguirse en las páginas del periódico de Buenos Aires,1 justificaría el tratamiento de varios temas independientes: 1. El interés por las greguerías. 2. El “Homenaje a RAMÓN” (Nº 19, 18/7/1925). 3. Las escaramuzas suscitadas en la revista por el artículo “Madrid, meridiano intelectual de Hispano-América”, publicado en la capital española en 1927 por La Gaceta Literaria, ya que se trata del único desacuerdo registrado en Martín Fierro con Ramón.

1              La edición facsimilar de Martín Fierro (1924-1927), publicada por El Fondo Nacional de las Artes, Buenos Aires, 1995 (estudio preliminar de Horacio Salas), así como gran parte del resto de los materiales utilizados para la realización de esta tarea, fueron consultados en el Programa de Documentación en Literaturas Uruguaya y Latinoamericana (Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación), cuyo Responsable es el Prof. Agr. Pablo Rocca.

Pero estos tres puntos serán tratados en un trabajo posterior. En los presentes apuntes se tratarán sólo dos aspectos de dicha relación: uno vinculado al principio de la polémica Boedo & Florida y el otro, a la visita de Marinetti a Buenos Aires.

Boedo & Florida

La tan publicitada polémica entre los grupos de Boedo y Florida, en Buenos Aires, la inicia Roberto Mariani con “MARTÍN FIERRO y yo”, una nota aparecida en el Nº 7 del periódico (25/7/1924). Mariani argumenta que los redactores de Martín Fierro  niegan  “nuestra sensibilidad” y  “adhieren  a mediocres brillantes como  Paul Morand, francés,  y Ramón Gómez de la Serna, español”. La respuesta de “La Redacción” (probablemente de autoría de Evar Méndez) no se hace esperar, y en el número siguiente (Nº 8-9, 6/9/1924) contesta duramente a las distintas críticas de Mariani. La redacción de Martín Fierro declara:

 “Todos tenemos una sensibilidad lo suficientemente refinada como para responder a las sugestiones del momento y comprender y amar a escritores como Paul Morand y Gómez de la Serna y otros a quienes nuestro crítico moteja de 'mediocres brillantes', confundiéndolos en un solo gesto de olímpico desdén.”

Dice no tener nada que ver con Extrema Izquierda (grupo al que pertenece Mariani) y no consentir que el arte de la nueva generación se convierta en un instrumento de propaganda. Mariani resume en los nombres de dos escritores la apuesta a la nueva sensibilidad de Martín Fierro. Antes de que lanzara su invectiva, Gómez de la Serna aparece nombrado explícitamente sólo tres veces: en "Oliverio Girondo", sin firma (Nº 2, 20/3/1924), se confirma el ya señalado parentesco entre Veinte poemas para ser leídos en el tranvía, y las greguerías2. Otra es una nota: "Las letras en los diarios y revistas" (Nº 3, 15/4/1924), en la que nos enteramos de la existencia de "Caprichos" de Ramón Gómez de la Serna aparecidos en el diario La Razón de fin de mes. Por último, un aviso publicitario de la librería Samet (Nº 5-6, 15/6/1924) donde se encuentra Pombo entre los títulos ofrecidos. A esto cabría agregar, como una forma indirecta  de   presencia,   los   “Membretes”  (textos emparentados con las greguerías) publicados por Girondo en algunos de los números anteriores.

2              Para este tema ver: Jorge Schwartz, Vanguardia y Cosmopolitismo en la década del 20. Oliverio Girondo y Oswald de Andrade, Rosario, Beatriz Viterbo Editora, 1993 (Capítulo 3). (1ª ed. brasileña: 1983).

La acusación de Mariani no responde, como queda claro, al espacio dedicado a Gómez de la Serna en Martín Fierro, sino a la estética de la revista que apunta al cosmopolitismo, el artepurismo, la brevedad en poesía, la ausencia de anécdota, la metáfora, como algunas de las características que de manera flexible y combativa a la vez, el martinfierrismo va a llevar adelante, tomando como compañeros de ruta a algunos escritores extranjeros afines. Probablemente conozca de primera mano la adhesión de la otra vanguardia porteña a Ramón y Morand.

En una pequeña nota, Mariani da por finalizada la polémica (Nº 10-11, 9/10/1924), que en otros medios dura algunos meses y entre otros artículos da a conocer uno que sería reproducido en el prólogo de La exposición de la actual poesía argentina (1922-1927), de Pedro Vignale y César Tiempo, Buenos Aires, Ed. Minerva, 1927. En ese artículo –que tiene mucho de manifiesto– se anteponen las dos estéticas:

“Florida- Boedo

Vanguardismo- Izquierdismo

Ultraísmo-Realismo (...)

  Martín Fierro, Proa - Extrema Izquierda, Los Pensadores, Claridad

La greguería - El cuento y la novela

La metáfora - El asunto y la composición

  Ramón Gómez de la Serna - Fedor Dostoiewsky.”

En el “Homenaje a RAMÓN” Evar Méndez publica la “Balada de los cretinos”, versos donde saluda el próximo arribo de Ramón (que no sucedió sino seis años después), y no pierde oportunidad de rivalizar con el grupo de Boedo.

Por si esto no fuera suficiente, en el mismo número pero fuera del suplemento, en el “Parnaso Satírico”3 hay un "Epitafio a Ramón", en el que nuevamente es Evar Méndez (E.M.) quien aprovecha mientras saluda al autor de las greguerías para criticarlos:

“La muerte que desencuaderna / Te ha tornado un Gómez más / Sin ‘RAMÓN’, ni ‘de la Serna’.../ Pero alégrate: aquí estás, / Disuelto en la nada eterna, / Lejos de Soler Darás! 4 / Más nunca descansarás, / Pues tu enorme cráneo roto / Han de hurgar todos los días. / Para formar alboroto / O encontrarles porquerías. / Mariani. Barletta y Soto.”

3              El “Parnaso Satírico” y el “Cementerio Martín Fierro” es una sección ubicada en la última página de la revista, donde el humor irreverente de Martín Fierro es utilizado para burlarse tanto de los adversarios como de los amigos.
4             
Algunos números antes (Nº 14-15, Enero 24 1925), R[aúl] G[onzález] T[uñón], le dedica uno de sus “Epitafios”: “Aquí está Soler Darás /  greguerizando  en  un  nicho; /  Dios  al  verlo  le  habrá  dicho: / -Soler, de qué te las das?”.

Se refiere a la “Instantánea del cerebro de RAMÓN”, dibujo de Oliverio Girondo –que ocupa una página entera del periódico y clausura el suplemento–, en el que se observa una multitud ramoniana de objetos (ver ilustración en pág. 13).

Como fue reiteradamente señalado por críticos y protagonistas, la división tajante entre las escuelas de Florida y Boedo nunca existió.

Estos apuntes sobre la polémica simplemente intentan mostrar como funcionaba el nombre de Gómez de la Serna en las acusaciones que lanza Mariani, y cómo ese nombre es tomado como un estandarte del movimiento por Evar Méndez, por ejemplo, contra “el bando opuesto”.

Ramón & Marinetti

La vanguardia martinfierrista entre las tantas diferencias que tiene con la vanguardia metropo-litana 5, está tensionada internamente por una serie de contradicciones que la diseñan: entre la nueva sensibilidad y la tradición; entre el universalismo cosmopolita y el intento de construir una identidad nacional; entre la fe por las nuevas máquinas de eficacia arrolladora y la mirada detenida en pequeños objetos intrascendentes.

5              Pablo Rocca señala que: “A diferencia de las vanguardias europeas, ajenas a ‘lo criollo’ o ‘lo nacional’ –categorías que los teóricos metropolitanos, entre ellos Bürger, jamás toman en cuenta- las vanguardias latinoamericanas se plantearon estos problemas, desde los modernistas brasileños (Oswald y Mario de Andrade) a los martinfierristas porteños (Oliverio Girondo, Borges, Leopoldo Marechal).”. Pablo Rocca, “Las rupturas del discurso poético (De la vanguardia y sus cuestionamientos, 1920-1940)”, en Historia de la literatura uruguaya contemporánea, Tomo II, Heber Raviolo y Pablo Rocca directores, Montevideo, Banda Oriental, 1997 (p. 28).

Esta heterogeneidad, convierte al proyecto de la vanguardia porteña, en un proyecto más ambicioso, aún a riesgo de desdibujarlo. Probablemente para estos fines, sea más fructífera la relación con la propuesta estética de Ramón Gómez de la Serna que con el futurismo de Filippo Tomasso Marinetti.

En 1926, Marinetti inicia una gira por Brasil, Argentina y Uruguay 6. El 7 de junio de ese año llega a Buenos Aires. Los martinfierristas lo reciben con un banquete y un homenaje en la revista.

6              Por la gira de Marinetti ver: Regueros de tinta. Crítica en la década del veinte. Buenos Aires, Sudamericana, 1998 (capítulo 5). De la misma autora, una versión de este texto: “Futurism, Fascism and Mass-Media: The Case of Marinetti's 1926 Trip to Buenos Aires”, en Stanford Humanities Review, Volume 7.1, 1999 (http://www.stanford.edu/group/SHR/7-1/html/body_saitta.html). Para una visión de su estadía en Montevideo ver: Pablo Rocca, “Un profeta bastante solitario”, en El País Cultural, Nº 439, Montevideo, 3/4/1998.

Entonces escriben Nino Frank, Sandro Volta, Leopoldo Marechal,  Piero Illari, Guillermo de Torre ("Homenaje a Marinetti", Nº 29-30, 8/6/1926) 7. En el editorial de ese número, se aclara:

“Se ha dicho que Marinetti viene hacia estas tierras de América obedeciendo a cierta finalidad de orden político. Martín Fierro, por su espíritu y su orientación, repugna de toda intromisión de esta índole en sus actividades ya claramente establecidas. Y acaso no sea innecesario declarar, para evitar alguna molesta suspicacia, que con Marinetti, hombre político, nada tiene que hacer nuestra hoja”.

7              En el número siguiente hay más artículos referidos a Marinetti y su visita a Buenos Aires (Nº 31, 8/7/1926). En el Nº 39 (28/3/1927), hay un último artículo referido al tema.

Con Marinetti artista y padre de escuela, tampoco parecen tener mucho que ver. Si bien le dedican un espacio similar al que le dedicaran a Gómez de la Serna el año anterior con motivo de su visita –final-mente frustrada– el tono y el entusiasmo difieren, así como las firmas, ya que mientras el homenaje a Ramón era suscripto por el martinfierrismo, aquí tenemos una serie de artículos que poco tienen que ver con el grupo del periódico.

El futurismo para esa época estaba agotado, y para casi todos los vanguardistas (no sólo los argentinos) esto estaba bien claro. La recepción que el martinfierrismo le hizo a Marinetti no fue del todo amistosa, incluso el peruano Alberto Hidalgo, probablemente el martinfierrista más cercano al futurismo, protagonizó eventos casi hostiles contra el jefe del movimiento.

En el Nº 27-28 (10/5/1926) Gómez de la Serna publica una “Fantasmagoría” titulada  “Diez millones de automóviles”:

 “El orgullo de la gran ciudad se había cumplido por fin. Ya tenía diez millones de automóviles.

Casi nadie pasaba por las calles y las aceras se habían suprimido. A lo más en algunas vías de la ciudad habían dejado una especie de alero para peatones desgraciados.

Pero aquella tarde de un domingo estival, caracterizado por una atmósfera pesada, los gases de los diez millones de automóviles intoxicaron toda la ciudad y los turistas que llegaron en la madrugada se encontraron con el triste espectáculo de todos los habitantes raseros de las calzadas, caídos en los sofás de sus coches, catalepsiados para siempre por la asfixia.”

Esta brevísima pieza de ciencia ficción apocalíptica es la primera colaboración del intelectual español con Martín Fierro 8, pero más interesante que la incursión de Ramón en el género, para el tema que nos concierne es que puede ser interpretada, sin forzar la lectura, como un manifiesto anti-futurista. El difusor de Marinetti en España nos brinda aquí una visión que nada tiene que ver con la exaltación de las máquinas, la velocidad y el progreso industrial desenfrenado. Sino que la proliferación de la máquina, en lugar de ser uno de los factores que inauguran la cosmópolis, se convierte en el factor de su asfixia total. Ramón Gómez de la Serna seguramente no estaba ajeno a la gira que Marinetti realizaba por gran parte del Nuevo Mundo, ya que su comunicación con muchos de los martinfierristas era asidua. 9 Y eso sin tener en cuenta la posibilidad de que se enterase por los diarios, dada la enorme fluidez de la información a través del impulso de las empresas cablegráficas.

8              Como queda claro en la bibliografía de Ramón en Martín Fierro, la primera en rigor, es la “Salutación”, pero esa colaboración se encuentra enmarcada en una situación excepcional, Evar Méndez por su parte presenta las “Fantasmagorías” como el comienzo de las colaboraciones de Gómez de la Serna con Martín Fierro.

9              Tan asidua que unos meses después, en la sección “Notas de ‘Martín Fierro’” leemos incrédulos: “Ramón vuelve a Madrid- En carta de fecha última Ramón Gómez de la Serna nos comunica que abandona su residencia en Nápoles donde pensaba quedarse largo tiempo, para regresar a su país. Está ya instalado de nuevo en Madrid, Velázquez 4.” (Nº 33, 3/9/1926).

En resumen: todo parece indicar que se trata de la recepción que desde Martín Fierro, le brinda Ramón a Marinetti, una zancadilla a la distancia.

Las siguientes líneas de Guillermo de Torre aparecidas un año exacto antes, pueden servir para darnos una idea de la actitud del creador del ramonismo hacia el resto de las vanguardias en general y hacia el artista italiano en particular:  

“Respecto a los demás movimientos: Aun simpatizante y coincidente, parcialmente, con los principios de las nuevas estéticas, Ramón Gómez de la Serna no les ha otorgado nunca plenamente su adhesión y su capacidad comprensiva. Así, por ejemplo, conocedor del Futurismo, amigo lejano de Marinetti desde 1910, no creemos haya acertado a pronunciar una palabra justa y luminosa sobre tal movimiento.” 10

10            Guillermo de Torre, “Márgenes de Ultraísmo. Esquema para una liquidación de valores”, en Proa (2ª época), Nº 10, Buenos Aires, mayo 1925.

 

El joven crítico se pregunta si “el gesto de burlón disecador” de los ismos que asumiera Ramón, tiene algo que ver con su actitud acaparadora.

Probablemente el texto enviado sí tuviera esas motivaciones,  sobre  todo  si tenemos en cuenta la atención y la adhesión que Gómez de la Serna había  logrado  del  martinfierrismo,  y  que  segura-mente no quería ver ensombrecida. 11

11            Gómez de la Serna reseña su actitud hacia el futurismo, en el capítulo que le dedica en Ismos, Madrid, Biblioteca Nueva, 1931 y en Automoribundia (1888-1948), Buenos Aires, Sudamericana, 1948, p. 254-255.

Colaboraciones de R. G. S. en Martín Fierro:

“Salutación”, en “Homenaje a RAMÓN”, suplemento de Martín Fierro, Nº 19, Buenos Aires, 18/7/1925.

“Fantasmagorías” (“Diez millones de automóviles”, “La tienda de las manzanas preciosas”, “El palacio vacío”, “Estudio sobre el águila”), en Martín Fierro, Nº 27-28, Buenos Aires, 10/5/1926.

“Ramonismo-Greguerías inéditas” (especial para MARTÍN FIERRO), en Martín Fierro, Nº 31, Buenos Aires, 8/7/1926.

“Variaciones” (especial para MARTÍN FIERRO), (“El perejil y Juan Ramón”, “El entierro del violín”, “Revistófilo”, “La bodega del escritor”, “Las pinzas de las ropas”) con ilustraciones del escritor, en Martín Fierro, Nº 33, Buenos Aires, 3/9/1926.

“Pergeños” (“¡UN CURA!”, “La bodega del Rey”, “El sostén de la sociedad”, “Encajera de la magistratura”), en Martín Fierro, Nº 35, Buenos Aires, 5/11/1926.

“Greguerías inéditas”, en Martín Fierro, Nº 35, Buenos Aires, 5/11/1926.

“Fantasmagorías”(especial para MARTÍN FIERRO), (“El quejido de la biblioteca”, “El encaje adulterino”) en Martín Fierro, Nº 44-45, Buenos Aires, 15/11/1927.

“Greguerías”, en Martín Fierro, Nº 44-45, Buenos Aires, 15/11/1927.