RAMÓN EN EL CIRCO (AMERICANO)

 
 

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ROBERTO CASTROVIDO, en LA VOZ
(de Automoribundia, capítulo XLIX)

“ ‘El circo es la plaza de toros de la infancia’, y el circo es hoy la academia, el ateneo y el foro de la intelectualidad.

Perdone el querido amigo Ramón Gómez de la Serna que abuse de su compañerismo adicionando a su greguería una payasada tendenciosa. Le estoy tan agradecido, que le pago el bien que me hizo con una cuchufleta y procuro sacar un artículo, es decir, un interés, un provecho, de su generosa, liberal acción.

Dar alegría, insuflar infantilismo y rejuvenecer es más de agradecer que el dinero, tan grato en todos los regímenes, que un acta por el 29 o que una inspección higiénica con dietas y viático. ¡Gracias, Ramón!

Su discurso, leído desde el trapecio, es la única oración seria, formal, digna de orador y oyentes, de cuantos he leído estos días. Estuvo bien, admirable, representativo, el humorista honrado en el Circo Americano. Sacó un frac recién hilvanado, como la casaca de estadista, hecho de pronto. Subió al trapecio por una escalera, como a la horca los héroes de la libertad. Y en el trapecio leyó el discurso. Es la única tribuna libre. Desde ella enseñó el humorista a escribir con equilibrio a sus compañeros. Descendió por la cuerda y no utilizó para subir ese medio, digno de los que gatean por los escaños, propio de los arribistas. Felicito al tocayo de Narváez, de Cabrera, de Campoamor y de Valle-Inclán, cantor de los artistas de circo.”

2
SEIS PORTADAS DE EL CIRCO

Primera edición, 1917, imprenta Latina, Madrid

Sempere 1926, Valencia

Simon Kra 1927, París

Lauro 1943, Barcelona

Espasa Calpe 1968, Madrid

Plaza y Janés 1987, Barcelona

 

3
ENRIQUE DÍEZ CANEDO, en EL SOL
(de Automoribundia, capítulo XLIX)

“¿Se refugia la literatura en el circo? Tantas batallas va perdiendo en el teatro que no sería extraño verla el mejor día preferir al tablado y las candilejas, la pista y los arcos voltaicos. Por de pronto, ya le hemos visto ayer en un debut sensacional; Ramón Gómez de la Serna, cronista oficial del circo, funámbulo imaginario, tirititero platónico, ha querido corresponder al homenaje que los artistas del Circo Americano tenían dispuesto en su honor, alternando con ellos como buen camarada y haciendo su ‘número’en el séptimo lugar del programa de anoche.

Cuando en tiempos futuros se escriba la biografía de Ramón Gómez de la Serna, el episodio que ayer presenciamos adquirirá tal vez proporciones fantásticas.

Sería inoportuno subrayar los aciertos de frase, el garbo cabal de la única larga página que leyó sentado en un trapecio a altura no vertiginosa, desde luego, pero siempre respetable para un hombre de letras. No dejaremos, en cambio, de alabar como cumple la soltura de su presentación en la pista, la agilidad con que trepó por la escala al columpio aéreo, su perfecto métier al sentarse en la estrecha barra, su elegante descenso por la maroma, el arte con que saludó al público que le llamaba a la pista.

Nuestro cronista oficial del circo ha recibido, pues, con el homenaje cordial de unos simpáticos profesionales, su bautismo de riesgo. Apadrináronle, explicando en concisas y cordiales palabras el sentido de la fiesta, D. Valentín Gutiérrez de Miguel, y con versos muy característicos de su fecunda vena cómica, D. Juan Pérez Zúñiga. También Sancha, nuestro querido compañero, se unió a los militantes, trazando con su prodigiosa agilidad varias caricaturas de los espectadores, que se le ofrecieron espontáneamente para modelos.”


 
(la exposición ISMOS se inauguró en el MNCARS el 4 de junio)