Para la edición francesa del libro El Circo, los Fratellini, célebres payasos, escribieron un prólogo en el que se puede leer:
"Este Ramón, ilusionista español, quita el colorete a los actores del circo y nos coloca a nosotros -¡por una vez!- en el sitio de los espectadores. Estas páginas son el circo visto con la perspectiva de los artistas. El libro de este español es como la Memoria de un veterano del oficio, que ha debido dirigir muchos circos. En sus páginas se vuelven a ver imágenes conocidas. Son las mejores".
Y antes:
"¡Ah! ¡ah! ¡Oooh! Yes, ésta es realmente la ciencia del circo, este libro es su Enciclopedia."
Qué es lo que hace Ramón?
Lo de siempre... dejarse llevar por la naturaleza propia de lo que mira, de lo que le rodea, del circo...
Y si en algún momento tiene que inventar algo, lo inventa... porque su disposición no es la del reportero ni la del investigador, sino la del enamorado que recrea y completa la figura.
Todavía se le puede ver subido al trapecio, con su interminable rollo, leyendo la conferencia del Gran Circo Americano de Madrid:
"El que os habla desde un trapecio es como el que os habla desde el lecho de muerte".