Ramón
Gómez de la Serna
página actualizada a 26/12/01
DICCIONARIO
DE SU VIDA
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Nuevas Páginas de mi vida (1957): "Ya hace tiempo que no me gusta mi mano izquierda. La otra plumea echándose a un lado para que yo vea lo que voy escribiendo y como es más fuerte por los pulsos que ha echado con la pluma, muestra menos la hilacha. Hace un año -después de todo no es mucho- que no me gusta cómo se está poniendo esa mano izquierda. se lo dije a su mujer, pero la mujer como si saliese al paso de una posible aprensión, dijo que no, que no notaba nada, que no veía el hoyo que se está formando entre el dedo índice y la plegadura de la mano junto al nacimiento del dedo gordo (no quiero decir pulgar). Yo me callé. Después de todo, es perdonable que nos oculten nuestra propia destrucción, fortaleciendo nuestra fe en la vida, pero la mano esa iba perdiendo forma, deprimiéndose, señalando lo que nunca había estado señalado en ella, los tres bastos que durante una larga etapa del pasado llevaron bordados los guantes como sonsacando fuera esa mala señal de dentro. Ahora es por días que se denotan esas tres barras del escudo de la mano. Antes, durante muchos años, no se notaban variaciones en esa mano cuyo dorso era redondeado y fijo, pero en este momento a veces me parece que varía por horas. (...) La mano no se ha herido con ninguna herramienta, ni al cerrar una puerta, ni apretada por ninguna violencia, pero ahí está como pendiente de una cicatriz que nada la ocasionó. Lo malo es que le sale piel de vieja, no de viejo, con ese brillo de pergamino celofán o piel de elefante blanco. Ya son la mascarilla de las manos que fueron y en sus nudillos se han entrecerrado los párpados de los ojos que tuvieron". José Ignacio Ramos ha contado en la entrevista ya citada de Ínsula, algunas circunstancias relativas a su muerte el 13 de enero de 1963, las intervenciones de él y de otros amigos de Ramón para pagar los gastos del hospital (Instituto del Diagnóstico) cuando estuvo ingresado allí en 1961, la concesión del premio March (dotado con 300.000 pesetas) y la declaración de Luisita Sofovich a la muerte de Ramón: "Amigo Ramos, ése es el cadáver de Ramón, un cadáver nacional. Que se haga cargo de él la Embajada, que yo me voy a descansar destrozada como estoy después de acompañarlo tantos días en su lucha con la muerte. Quédese usted y tome las disposiciones que crea conveniente". El 23 de enero llegan sus restos a Madrid, donde permanece enterrado en el Panteón de hombres ilustres de la Sacramental de San Justo. |