volver a página de accesoRamón Gómez de la Serna
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ventanal.jpg (21682 bytes)
dibujo de Ramón

el Ventanal

Ramón en el 
Ventanal
(fotos tomadas de la primera edición de Automoribundia)
Ramón conoce ya Estoril, ha estado hospedado solo -y con Carmen de Burgos- en el hotel París, disfrutando de ese lugar apartado... " recodo del mundo, tan próximo a España y tan lejano de ella."
Ha comprado un terreno y con la parte que le corresponde de la herencia de su padre y con un segundo premio de la lotería se dedica a construir El Ventanal, un chalet desde el que "... veo llegar por el Océano, en los grandes y constantes transatlánticos que hacen escala en Lisboa, los personajes de futuras obras, esos desconocidos que con un solo atisbo hacen más por la novela que contando las historias que vivieron y no supieron vivir".
Comenta Ramón la anécdota del nombre, pues queriendo llamarlo el Retiro, cambió de opinión al saber que en Portugal el retiro es la taberna; pero se equivocó, pues ventana en portugués es janella y resultó que todos ironizaban sobre el viento al que hacía referencia el nombre elegido.
Carmen de Burgos y Ramón escriben a todas horas, acuciados por los préstamos a altísimo interés a los que han debido recurrir.
Escribe El Novelista, novelas cortas, La Sagrada Cripta de Pombo...
"Al cabo de dos años en aquella soledad fantástica hubo un momento en que se me fue a desintegrar la cabeza, sentí como si fuesen a caer sus células piramidales, derretidas en las arandelas de uno de esos candelabros de cristal en que no se consumen las velas sino los pensamientos.
Toda invención literaria hubiera sido posible si hubiese gozado de la casa que escuchaba la rogativa del mar. Pero la casa fue desde el primer momento del prestamista que me había adelantado lo mucho que me faltó para acabarla".

Puso a la venta el hotelito en doscientos cincuenta contos, sin muebles; acabó vendiéndolo en ciento cincuenta con muebles y todo.
También su biblioteca.