Boletín RAMÓNnº1,
otoño 2000
Contenido
Presentación
Las obras completas de Ramón en Galaxia Gutenberg-Círculo
de Lectores
Ramón Gómez de la Serna en Alicante, por José Ramón
Clemente Torregrosa
Ramón Gómez de la Serna, por Danilo Manera, seguido por
Greguerías traducidas al italiano
Anticipo: Correspondencia de Ramón con Guillermo de
Torre (1916-1963), por Carlos García
Últimos libros aparecidos: 100 Greguerías ilustradas
Han colaborado en este número
PRESENTACIÓN
Este boletín es un homenaje,
un recuerdo y un intento de acercamiento a Ramón, a su persona y,
en la medida en que es más fácil, a su obra.
El pequeño boletín actual no quiere crecer y espera mantenerse así,
con sus pocas páginas.
Nace ligado a: www.ramongomezdelaserna.net, sitio dedicado íntegramente
a Ramón, en el que se repasa su entorno biográfico y su bibliografía,
se da cuenta de las noticias sobre su figura y se lleva actualizada
la relación de estudios sobre su vida o su obra.
Además, se puede mantener un intercambio de opiniones ordenado en
el foro que acoge.
En este boletín aparecerán las novedades más interesantes en
cualquiera de los campos antes citados.
Este boletín se distribuye de forma gratuita a quienes lo soliciten
a la dirección indicada al pie de la publicación.
LAS OBRAS COMPLETAS
DE RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA
Círculo de Lectores y
Galaxia Gutenberg publican la Obra Completa de Ramón.
Han aparecido ya los volúmenes I, II, III, IV, V, IX, X, XI, XV y
XX. Ioana Zlotescu ha estructurado la obra ramoniana en los llamados
‘espacios literarios’, a saber: "Prometeo", Ramonismo,
Novelismo, Retratos y biografías, Teatro, La ciudad y Escritos
autobiográficos.
Se proyectan 21 volúmenes, que se organizan con un preámbulo y un
prólogo, la propia obra, notas a la edición y fichas bibliográficas.
RAMÓN GÓMEZ DE LA
SERNA EN ALICANTE
JOSÉ RAMÓN CLEMENTE TORREGROSA (de mis
"notas" ‘El recuerdo y la historia de Alicante’)
RAMÓN vino a Alicante el 4 de Enero de 1933.
Creo que es la única vez que lo hizo. Y cuando esto sucedió, fui,
con otros, en cierta manera, su "empresario".
En aquellos años estudiaba yo en Madrid y asistí a una de sus
"charlas de la maleta" en lo que hoy es el Teatro María
Guerrero. El acto estaba organizado por la Federación Universitaria
de Estudiantes (F.U.E.) de la Capital. RAMÓN se presentaba en el
escenario provisto de una maleta, de la que iba extrayendo los
objetos más diversos, en su mayoría viejas y ridículas
estatuillas de yeso, o barro cocido, o absurdos cachivaches, a los
que "ejecutaba" con un martillazo, reduciéndolos a
escombros, una vez que las sentenciaba, dialécticamente, por su
estructura o significado. "Los hogares, la vida, la convivencia
–decía- estaban embrutecidos con aquellas aberraciones seudoartísticas".
De cuando en cuando lanzaba al público, como aleluyas,
"greguerías" autógrafas, en papeles satinados,
amarillos, escritas con tinta roja. Aquel día, habló de su gran
descubrimiento: Un aparato, parecido a un gran fonendoscopio médico
que, aplicado a las páginas de un libro, nos decía si debíamos ,
o no, leerlo, con lo que se evitaban pérdidas de tiempo y de
materia gris. Otras muchas más cosas líricas, dichos y refranes,
como una gran e ingeniosa greguería, completaban el acto.
Pensé, entonces, que sería interesante conseguir que RAMÓN
viniera a nuestra Ciudad y pronunciara aquí, una de estas charlas.
Con la osadía propia de la juventud, cuando llegué a Alicante en
las vacaciones de Navidad del año 1932, puse manos a la obra.
Recuerdo que hablé con Alvaro Botella, Director del periódico
"El Luchador". Y en el Ateneo con algunos amigos –Gastón
Castelló, Rafael Rodríguez Albert, Carlos Carbonell, José Juan Pérez,
Antonio Blanca, etc.-
A todos les parecía magnífica la idea y, todos, la patrocinaban,
oralmente, con entusiasmo. Pero la cosa no pasaba de ahí.
Acudí a la Federación Universitaria de estudiantes de Alicante,
cuyo Presidente era José Chápuli Ruzafa y tuve la suerte de que,
para aquellos días de Diciembre, exactamente para el 29, tenía
anunciada su venida "La Barraca", con García Lorca,
Ugarte, y todos sus componentes que iban a actuar unos días en el
Teatro Principal.
Encontré en Chápuli, al que igual que a los demás, le entusiasmó
mi iniciativa, un magnífico colaborador. Y pensamos que si hacíamos
coincidir la actuación de RAMÓN en Alicante, por las fechas en que
"La Barraca" iba a actuar, ello podría ayudarnos a la
financiación, puesto que dispondríamos de entradas para el
Principal, gratuitas, para "La Barraca" y la FUE de
Alicante , podría asi "colocar" las de pago para RAMÓN.
Es decir, que los estudiantes alicantinos organizarían dos actos
por el "precio de uno". Al recapitular hoy sobre tan
inocente "fraude", tengo que decir que su motivación
fundamental era el verdadero temor que teníamos de que nadie iba a
asistir a la conferencia de RAMÓN, que, sondeos previos, nos daban
como desconocido en la actividad de conferenciante.
Alvaro Botella se ofreció acompañarnos a ver a Félix Lorenzo, el
ilustre periodista de "El Sol", que firmaba sus crónicas
con el seudónimo de "Heliófilo" y que, a la sazón,
invernaba en el Hotel Palace... Félix Lorenzo era buen amigo de RAMÓN,
y, encantado, nos aseguró que iba a escibirle solicitándole sus
"condiciones económicas", terrible caballo de batalla,
porque nuestros entusiasmos y "trucos" terminaban en la
primera peseta que hubiera que desembolsar.
Efectivamente. Días después, no muchos, nos llamó "Heliófilo"
para leernos a Chápuli y a mí, la carta que acababa de recibir de
RAMÓN. En ella se mostraba complacido de la invitación, se
alegraba de que fuéramos "gente joven" sus
"promotores" y anunciaba que podría venir para los
primeros días del año 1933, solicitando por su intervención ¡seiscientas
pesetas!, siendo de su cuenta gastos de viajes, hotel y comidas, y
de la nuestra todo lo demás, remarcando: "... y una mesa y
una botella de agua mineral sin gas".
He aquí cómo nuestra tesonería juvenil, hacía realidad el
propósito. Y todo ello, de momento, sin una peseta y sin la más mínima
perspectiva de ayuda económica.
Recuerdo que se me asignó la difícil papeleta de entrevistarme con
don Luis Altolaguirre, empresario del Teatro Principal, y que fue
amigo de mi padre. La entrevista que con él mantuve, fue correcta e
incluso cariñosa por parte de Altolaguirre quien, después de
conocer nuestros propósitos me dijo con tintes sombríos "si
sabíamos dónde nos íbamos a meter" y que "a estos actos
no vienen ni las ratas". Acabando por facilitarnos el Teatro
Principal para el 4 de Enero de 1933, fecha en que estaba libre y
que, esto lo supimos después, por la tarde era día de poca
asistencia ya que los Reyes Magos estaban a punto de bajar por la
Montañeta.
Aunque es muy difícil tener plena seguridad de datos y números,
dado el tiempo transcurrido, creo que el alquiler del Teatro, con
personal de tramoyistas, taquilleros y acomodadores, taquillaje,
etc..., suponía unas dos mil pesetas, que el precio de las butacas
lo fijamos, después de una amplia discusión, y con la camisa sin
llegarnos al ombligo, en 3 o 5 pesetas, con ello, mal contado y a
local lleno cubríamos a duras penas el presupuesto.
Hablamos con Gastón Castelló para que decorase el escenario. Y con
Gonzalo Soriano, que entonces empezaba a demostrar el gran pianista
que luego fue, para que interviniera en la primera parte del acto.
Un telegrama de "Heliófilo" a RAMÓN concretaba el día y
la hora dichos. Y la lacónica respuesta: "Estaré Alicante
tres Enero. No olviden agua Solares. RAMÓN", dio luz verde
a que el grupo de amigos, estudiantes y ateneístas nos dedicásemos
a "colocar" entradas visitando comercios, centros, etc...,
con las dificultades propias y numerosas puertas en las narices.
RAMÓN, como el "estudio de mercado" nos había indicado,
no era, desgraciadamente, muy conocido en algunos medios sociales de
la Ciudad. Por otro lado nuestra juventud e inexperiencia era una
traba para lo que hoy se llama la "comunicación". Y el móvil
simplemente cultural del acto, tampoco era decisorio para llenar el
teatro. Gracias a las entradas gratuitas de "La Barraca"
que hacía "duplicar" el interés a los tibios, por un
solo precio, pudimos a trancas y barrancas, ir vendiendo las
localidades. Casi todas. Nuestro interés era enorme. No podíamos
dejar para última hora un hipotético flujo de público a la
taquilla.
Mientras tanto Gastón Castelló empezó a trabajar en los
decorados: Un arpa blanca sobre un fondo azul para el concierto de
Gonzalo Soriano. Y un gran resumen, plásticamente gastoniano, de
las más conocidas "greguerías", el de RAMÓN, en el que
se traducían a imágenes los escuetos y punzantes pensamientos
ramonianos.
Para no cansaros más os diré que la recaudación conseguida no
cubría la totalidad de los gastos. Palcos, donativos y alguna
rebaja de Altolaguirre permitió que los empresarios improvisados
salváramos nuestra responsabilidad crematística y que respiráramos
tranquilos, dedicándonos a esperar la llegada de RAMÓN.
Creo que llegó el propio día 4 de Enero de 1933, por la mañana.
Es posible que fuera el día anterior. Fuimos a la Estación de
M.Z.A. (hoy RENFE) a recibirle Rodríguez Albert, Chápuli, Soriano
y yo. No se si nos acompañaba alguien más. Sí es así que perdone
mi olvido.
RAMÓN venía acompañado de Luisa Sofovich a la que nos presentó
como ilustre escultora argentina. Luego fue su esposa.
Recuerdo que RAMÓN se alegró ostensiblemente, y así lo dijo, que
la gente joven se acordara de él y le apoyara. Se alojaron en el
hoy desaparecido Hotel Samper, en la Explanada, donde hoy está el
Carlton.
Pidió que le acompañáramos para conocer Alicante. Nos habló
repetidamente de Pombo y al enterarse que alguno de nosotros
estudiaba en Madrid, insistió en que no dejáramos de ir por la
tertulia cuando nos incorporáramos a la universidad. "Se
necesita que la gente joven herede la sagrada cripta de Pombo"
dijo.
Fuimos A Elche, en tren, Luisa Sofovich, Rafael Rodríguez Albert y
yo. Aún conservo el testimonio fotográfico de aquella excursión.
Al ver la famosa palmera del cura dijo: "Más que del cura
debería decirse de Buda por sus múltiples brazos".

de izquierda a derecha:
Clemente, Rodríguez Albert, Luisa Sofovich y Ramón.
El acto se celebró en
la hora y día fijado. El éxito fue enorme. Cuando RAMÓN, desde su
maleta, lanzó al público sus greguerías autógrafas, yo, que me
había reservado una butaca en las primeras filas, cogí al aire
una, que he conservado entre mis "tesoros" sentimentales,
hasta que los avatares de la guerra civil la hicieron desaparecer.
Decía: "Las cintas de las gorras de los marineros van
diciendo adiós a todos los mares".
El Luchador del día 5 de Enero de 1933 publicó esta reseña:
"RAMÓN Gómez de la Serna en la escena. Con su maleta preñada
de muchos cachivache. Esos cachivaches sobre las tablas, son greguerías
personificadas –una greguería más- que el ilustre humorista ha
creado. Las ideas tamizadas por el estilo punzante de Ramón Gómez
de la Serna tienen un sabor agrio que alienta el ánimo como la
sidra agridulce, que cosquillea en las narices, templa los nervios,
y, a veces, afloja los músculos. De todas maneras el escritor ha
sabido anoche cautivar al público durante dos horas con su fino
ingenio. Grandes aciertos parciales en su charla de la maleta como
aquel del llamador, como en algunas de sus greguerías, como su
final, parodiando, con certeros latigazos, a los oradores.
GÓMEZ DE LA SERNA es un formidable crítico que ahonda en sus
juicios flageladores, todo aspecto de la vida. Desde la prensa, con
sus greguerías escritas, y ahora con sus "greguerías
actores", consigue un resultado de arte, de orientaciones muy
personales, que afirma más su fisonomía destacada en el arte español.
Fue muy aplaudido y algunas frases, algunas greguerías
materializadas, recibidas con ovaciones".
También el día 2 de Enero de 1933 el mismo periódico anunciaba el
acto con esta croniquilla:
"El 4 oiremos en el Principal al genial GÓMEZ DE LA SERNA, en
una de sus magníficas intervenciones, en la función que se
organiza por los estudiantes, con el Ateneo. Gonzalo SORIANO,
nuestro gran pianista dará un exquisito concierto, dando ambos
aspectos un carácter eminentemente artístico al acto".
Antes de iniciarse éste, asistimos divertidos y asombrados, al
solemne momento en el que RAMÓN fue llenando su maleta de los
cachivaches, de las greguerías, de los objetos diversos y
multicolores. Y también, recuerdo, tuvimos que colocar sobre la
mesa, junto a la maleta, en el escenario, el vaso, y la "botella
de agua mineral sin gas".
RAMÓN se quedó algún día más en Alicante, en compañía de
Luisa Sofovich. Le agasajó el Ateneo. Visitó el Ayuntamiento,
Santa María, el puerto, la playa, la Explanada, etc...
Pero permitidme que cuente, para terminar, lo que podríamos
calificar como continuidad de aquella amistad de RAMÓN, tan
sinceramente ofrecida a los jóvenes alicantinos, así como una anécdota
desconocida que con él vivimos:
Días después del acto del Principal, se acababan nuestras
vacaciones estudiantiles, Teníamos que regresar a Madrid. Y lo
hicimos, con RAMÓN y Luisa Sofovich, Gonzalo Soriano y yo. En un
vagón de tercera, Alicante-Madrid, que tenía el precio de 25 o 40
pesetas. Un tren fragoroso, lento, con abundante carbonilla, que
penetraba no se sabía por dónde, y que siempre se depositaba en
los lagrimales de los viajeros.
Durante el viaje, efectuado de noche, sucedió algo realmente
gracioso e imprevisto que dio pie a largas ocurrencia ramonianas.
Mediado el camino llegó al departamento que ocupábamos los cuatro,
un Policía, de la "secreta", que nos solicitó la
documentación. Era, entonces la "cédula", ligero
papelillo intranscendente y nada identificatorio, el único
documento de tal carácter que poseíamos los españoles. Todos los
exhibimos. Excepto Luisa Sofovich, que al ser de nacionalidad
argentina, mostró su pasaporte. El policía, de menguada estatura,
observó detenidamente el documento y, luego, respetuosamente lo
devolvió preguntando a la interesada:
- ¿Es Vd. Piloto de aviación?
El asombro de Luisa Sofovich no es para descrito. Y el propio RAMÓN
con la voz tonante de sus grandes momentos, pidió a Luisa que
explicara "sin reparos ni circunloquios" su doble
personalidad, ya que, dijo: "desconozco esa segunda profesión".
Todo quedó aclarado cuando, a la vista del pasaporte, comprobamos
que en él aparecía escrito, con caracteres destacados de una
imprentilla la palabra "PILOTTO", con dos "tes",
que en realidad no correspondía a la profesión de Luisa, sino al
apellido del funcionario argentino, que, de alguna manera intervenía
en la autorización del documento en cuestión.
Se le aclaró, entre sonrisas, al policía su "lapsus". Y
durante horas RAMÓN estuvo "jugando" humorísticamente
con el incidente.
Ya en Madrid, RAMÓN insistió en nuestra visita a Pombo. Y Gonzalo
Soriano y yo fuimos varios sábados a la "sagrada cripta",
en la que el escritor se reunía con sus amigos ante el cuadro de
Solana, que le servía de fondo. Nos presentó a todos como
"empresarios suyos", como artistas, especialmente a
Soriano.
Con RAMÓN y sus amigos dimos varias noches las rituales vueltas a
la Puerta del Sol, antes de retirarnos a dormir. Nos invitó para
que visitáramos su torreón en la Calle de Velázquez, y así lo
hicimos. El farol, la mujer maniquí, el panecillo con cuerda, las
bolas de cristal, el álbum del circo, de Picasso, quedaron grabados
en nuestro recuerdo.
Pero la verdad, sin desfiguraciones, es que tanto Soriano, como Chápuli
y yo, y como tantos como nosotros, éramos demasiado jóvenes, y nos
sentíamos abrumados ante aquellos amigos de RAMÓN, literatos,
pintores, poetas. Para nosotros, provincianos estudiantes en Madrid,
aquella vida literaria, divertida y algo bohemia, estaba muy lejos
de nuestro ambiente, de nuestros estudios, de nuestros
condicionamientos familiares. Y ahora, al recordar al RAMÓN que
conocimos en Alicante y luego en Madrid, comprendemos, con
desesperanza, que sólo queda la anécdota, lo tangencial, la
superficie de algo que pudo haber sido fuente de algo más
consistente.
Yo sigo viendo a RAMÓN, como una sombra. De poca estatura, algo
"rechoncho", con su pipa en la boca y sus brazos, siempre,
algo separados del cuerpo, con su voz recia y tajante, en la
Explanada, "improvisando" ante las palmeras:
"Gran escoba invertida para barrer los malos pensamientos en el
aire, antes de que caigan al suelo". "Castillo de fuegos
artificiales congelados". "Bomba inofensiva de
palmas".
Junto a esa sombra de RAMÓN, en Alicante, están, también, las
sombras juveniles de todos los que, con él, convivimos aquellos días.
Yo sigo viendo a RAMÓN, en Pombo, aquella noche en la que
"desafió" a sus contertulios a que
"improvisaran" una "greguería". Aún veo su
amable sonrisa cuando leyó la mía: "El pijama es el disfraz
que nos ponemos para desempeñar la comedia de los sueños".
Soñar no cuesta nada. Soñemos que los jóvenes alicantinos, y
entre ellos yo, como uno más, dejamos que se cerrara la puerta de
su amistad, que, tan sinceramente, nos ofreció.
(publicado en el nº31
de la Revista del Instituto de Estudios Alicantinos, hoy Instituto
Gil-Albert)
RAMÓN GÓMEZ DE
LA SERNA
DANILO MANERA
Ramón Gómez de la Serna (nato a Madrid nel 1888 e morto in
autoesilio a Buenos Aires nel 1963) fu in Spagna il santone e la
grancassa di tutte le avanguardie del primo novecento, che sperimentò,
manipolò e diffuse con la sua irrefrenabile vitalità, una
grafomania che gli permetteva di firmare svariati titoli l’anno e
un geniaccio tra lo scanzonato e il futurista che gli fece
pronunciare conferenze in groppa all'elefante di un circo,
arrampicato su un lampione o legato a un tavolo. Frequentatore di
burle e novità, tra il frivolo e il pensoso, fu un eroe
dell’epoca di Picasso, Charlot, Apollinaire, Buñuel, Dalì,
Macedonio Fernández, Larbaud, de Falla, Cami, Gris, e di molti
burrascoso amico. Popolarissimo negli anni ‘20 e ‘30, si sta
riscoprendo in Spagna e fuori. Octavio Paz l’ha definito
"immenso come Lope de Vega, e come lui popolare, prodigioso,
inesauribile".
L’invenzione che
rese "Ramón" universalmente noto, lo accompagnò per
tutta la vita e ancora oggi viene associata immediatamente al suo
nome è la greguería. Il termine sta per
"schiamazzo", "urlio", "trambusto" o
simili, ma ormai viene inteso, anche dai dizionari, a designare
appunto il genere da lui creato. Si tratta di compresse
d’irriverente umorismo e associazioni eccentriche che
costituiscono anche un lavorio sull'immagine poetica destinato a
lasciare un segno nei poeti della "generazione del ‘27",
come riconoscono Luis Cernuda e Pedro Salinas.
Le greguerías
sono inciampi del linguaggio, fiori inusitati del quotidiano che
sbocciano in mezzo all’incredulità, frantumi lasciati da uno
sguardo divertito e demolitore, ghiribizzi poetici, minuscoli ma
vertiginosi paradossi che esaltano l'imperfezione, l’accumulo
caotico, l’intermittenza. Sono stati indicati vari possibili
antecedenti (dal wit barocco alla casida araboandalusa all'haikai
giapponese, eccetera), ma esse furono più che altro il frutto dello
sfrontato estro modernista, tra kitsch e dada, unito al peculiare
gusto dell’autore per il bric-à-brac, che gli scodellava il mondo
come uno sterminato, visionario mercatino delle pulci, non di rado
tendente più all’obitorio che al luna park.
Ho curato due
raccolte in italiano di queste battute di aforistica leggera dettate
in alfabeto Morse, entrambe per la Biblioteca del Vascello, editrice
romana coraggiosa e sfortunata i cui volumi si trovano ormai solo più
per caso. Qui ne offro una carrellata da centellinare, con
l’augurio che il lettore si ritrovi poi a inventarsene di sue,
conquistato dal fascino senza pretese di questo festoso brusio di
nuove congetture su quanto ci circonda.
GREGUERÍAS
traducidas por DANILO MANERA
Se uno conosce
troppo se stesso, smette di salutarsi.
L’amore nasce dal
desiderio improvviso di rendere eterno il passeggero.
I cani ci mostrano la
lingua come se ci avessero presi per il dottore.
Il lettore - come la
donna - ama di più chi più l’ha ingannata.
Affacciandoci al fondo
del pozzo ci facciamo un ritratto da naufraghi.
Il sogno è un deposito
d’oggetti smarriti.
I laghi sono le
pozzanghere rimaste dopo il Diluvio.
Ci sono cieli sporchi in
cui sembra siano stati sciacquati i pennelli di tutti gli
acquarellisti del mondo.
La polvere è piena di
vecchi e dimenticati sternuti.
La vestaglia da bagno
rende frati le donne, ma depongono subito l’abito.
Chi gioca a dadi sembra
che getti in aria le ossa in sovrappiù.
La matita scrive ombre
di parole.
Nulla torna, ma tutto si
somiglia.
Quando la donna chiede
macedonia per due, perfeziona il peccato originale.
Ci sono certe pastiglie
di farmacia che ci curano, se non altro, dalla tristezza di aver
perso tanti bottoni della biancheria intima.
La bandiera sale su per
l’asta come se fosse l’acrobata più agile del mondo.
I fiori muoiono in odore
di santità.
Il grillo misura le
pulsazioni della notte.
Sui fili del telegrafo
rimangono, quando piove, delle lacrime che rendono tristi i
telegrammi.
La malinconia dei fiumi
d'America è che sono così grandi che non possono avere ponti.
Le farfalle le fanno gli
angeli nelle ore d’ufficio.
ANTICIPO:CORRESPONDENCIA
DE RAMÓN CON GUILLERMO DE TORRE, (1916-1963)
CARLOS GARCÍA, Hamburgo
La relación entre
Ramón y Guillermo de Torre y Ballesteros (1900-1971) comenzó en
1916, cuando Cansinos insinuó a éste que aquél podría ser el
maestro idóneo que estaba buscando. Ambos jefes de tertulia han
relatado, no sin malicia, la historia de su conocimiento con el
precoz "Guillermito", como se llamaría por años al
ambicioso y ágil Torre en los corrillos literarios. (Cansinos lo
hizo en su Novela de un literato; Ramón en Pombo.)
La carta reproducida
a continuación es la número 5 de una serie que contiene
aproximadamente un centenar, cuya edición anotada daré próximamente
a luz. La primera misiva conservada es de 1916, la última de 1963,
año del deceso de Ramón.
Se trata de una carta
de Ramón a Torre, remitida desde Madrid, sin fecha (la dato
11-XI-20), conformada por 2 páginas manuscritas (el original se
conserva en la Biblioteca Nacional, Madrid, bajo la signatura Ms.
22824/15, 5).
El estilo,
entreverado, nos muestra a un Ramón que escribía como atosigado
por sus propias ideas, arrastrado por el lenguaje. Hay allí algunos
ripios estilísticos y una gramática poco ortodoxa, pero se
advierte su pasión por lo literario y lo nuevo.
[Madrid,
11-XII-20]
Querido
Guillermo:
Pronto me
ocuparé de Vd., no sea Vd. impaciente (1). Irá Vd.
en su sitio y pondré todo el cariño que pueda en la crítica
aunque también toda mi sinceridad.(2)
No sea Vd.
demasiado niño ya. Eso le perjudicaría. Lo de Canedo no
está mal. Para muchas juventudes sería envidiable ese
largo suelto diga en él lo que diga Canedo (3). No
apure Vd. las cosas hasta que sean verdadero odio y
desprecie el que pueda sentir. Está Vd. demasiado excesivo
con un personalismo que puede llegar a ser inaguantable \2\
en el gesto aunque no [dos
palabras ilegibles] con lo que escribe que de sus cosas
que les han parecido a los demás arbitrarias ha habido
muchas, y sin embargo no se han encarnizado con su
importador – cosa que podría pasar ahora.
Encuéntrese.
Busque en su imaginación verdadera imaginación. No
supedite a una constante cita de nombres en un orden que Vd.
como un Dios crea en fantasía y ese espíritu que hay en
Vd.
Sálvese en
ese mismo camino (Vea que subrayo lo del mismo camino y por
lo tanto no puede Vd. decir que no le comprendo. Yo en el
libro mucho intenté absolutamente lo mismo, pero avanzando
por meses aquello solo duró seis meses en mí.
Le abraza RAMÓN
|
La dura, pero
comprensiva y solidaria crítica de Ramón (4), junto
a la de otros autores mayores, de la talla de Alfonso Reyes y José
Ortega y Gasset, haría sentar cabeza al joven Torre. Una de las
consecuencias sería su abandono de la poesía,
y una actitud más positiva y mesurada en sus trabajos críticos.
La amistad entre
ambos grafómanos continuaría hasta la muerte del mayor. Sufrió,
sin embargo, algunos altibajos, y hasta una larga interrupción,
motivada por cuestiones políticas, ya que Torre era republicano, y
Ramón cometió la imprudencia de hacer en Buenos Aires algunos
comentarios favorables a Franco. Tras la contienda, a partir de
octubre de 1939, Torre depuso su silencio, y continuó promoviendo
la publicación de trabajos de Ramón en Argentina, como lo había
hecho antes.
El epistolario en vías
de publicación arrojará intensa luz sobre la época de las
vanguardias históricas, al tiempo que servirá para iluminar
algunos entretelones del campo intelectual y editorial a ambos lados
del Atlántico.
Notas:
Torre, en su afán de figurar, debe haber inquirido a Ramón por
el retrato suyo que éste le anunciara en una carta previa, sin
fecha, pero del 29-VII-20.
(2)
Ramón
publicará un retrato de Torre en La
Sagrada Cripta de Pombo
(1924).Enrique
Díez-Canedo había publicado poco antes, en España 292 (Madrid, 4-XII-20, 11), un duro comentario sobre
"Vertical. Manifiesto Ultraísta" de Torre, aparecido
como separata de Grecia
50, 1-XI-20 (último número de la revista). Días después,
Canedo volvería a criticar de pasada a Torre, en su reseña de Reflector
(un número, fechado en diciembre de 1920; apareció hacia el 4
del mes), publicada en España
294 (18-XII-20, 11). Torre se enfadó por la primera crítica, y
buscó aliados en el ámbito publicístico,
a la par que componía un furioso texto de respuesta. Tal se
desprende, por ejemplo, de su correspondencia paralela con Alfonso
Reyes (cuya edición, a mi cargo, es inminente en México). También
Reyes disuadió a Torre, con elegante y sabia retórica, de
proseguir su polémica con Canedo.
(4)
Ya ejercitada en cartas previas, como en una sin fecha, que
dato el 29-VII-20 (BNM, Ms. 22824/15, 3): "Busque Vd. en la
naturaleza un secretillo y dénosle. Hasta que no consiga por fin
esto no habrá dejado de engañarnos y de engañarse. / ¿Quiere
Vd. ser viable o morir en un frasco de alcohol? Pues busque
Vd. algo que sino sus canas van a ser de este otoño y eso se ría
bochornoso. Todo lo que no sea la densa originalidad enjundiosa de
siempre será cosa vieja este otoño, no le quepa duda."
ÚLTIMOS LIBROS
APARECIDOS
Quizá uno de los últimos
libros dedicados a Ramón, publicados en España sea el de una nueva
editorial, la valenciana Media Vaca. Se trata de: 100
Greguerías ilustradas, con ilustraciones de César Fernández
Arias, editorial Media Vaca, Valencia 1999.

portada del libro
El libro se completa
con un retrato de los autores, escrito por Juan Manuel Bonet:
’Gracias le sean dadas a Vicente Ferrer, por haber propiciado este
iluminador encuentro, este diálogo fructífero entre César Fernández
Arias y Ramón Gómez de la Serna, diálogo greguerístico que
empieza desde la cubierta misma: un retrato precioso, rutilante, en
rojo, amarillo y negro, del mascarón de proa de todas nuestras
vanguardias, retrato al que siguen unas guardas superpobladas y
asimismo formidables. Este libro estoy seguro que ocupará un lugar
de honor tanto en la biblioteca de los niños vanguardistas como en
la de los ramonianos’.
Al comienzo del libro
nos aparecen estas palabras de Ramón:
"(...) Nunca sabré qué cosa es greguería, cuántas quedan
posibles, dónde se encuentran las buenas.
Para crear greguerías hay que ordeñarse los pelos uno a uno."
La dirección de la editorial es c/Salamanca 43, 46005 Valencia.
HAN COLABORADO
Jose Ramón Clemente Torregrosa
(Alicante 1912), es abogado, escritor y cineasta aficionado. Conoció
a Ramón durante la República y tuvo la oportunidad de volver a
verle en su fugaz visita a España en 1949. Miembro de La Barraca,
participó activamente en la vida cultural de su ciudad natal, donde
fue, antes de la guerra, secretario del Ateneo. En la cárcel
compartió celda con Miguel Hernández. Enorme aficionado al cine,
ha recibido numerosos premios, todos ellos por sus cortometrajes,
realizados dentro de la más estricta disciplina aficionada.
Danilo Manera es
escritor, crítico y profesor en el Dipartimento di Scienze del
Linguaggio e Letterature Straniere Comparate, Sezione di Iberistica
de la Facoltà di Lettere e Filosofia, en la Università di
Milano.En la dirección www.iclab.it/html/manera, mantiene
publicados diversos estudios sobre literatura europea,
hispanoamericana y española.
Carlos García
es escritor e
investigador de las vanguardias americanas y españolas de
principios de siglo. Gran
conocedor de Borges, ha publicado diversos libros sobre su obra poética
y su correspondencia. Ha
publicado asimismo diversos estudios en revistas, y prepara las
ediciones comentadas de los siguientes epistolarios:
- Guillermo de Torre / Rafael Cansinos Assens (anunciado en la páginas
del Archivo Cansinos).
- Guillermo de Torre / Alfonso Reyes (próximo a salir en México).
- Guillermo de Torre / Ramón.
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